Mucho se habla de “Táctica y Estrategia” dentro del juego, inclusive mezclando ambos términos en algunos casos desconociendo su significado. El diccionario dice que “estrategia” es el arte de dirigir algo, un asunto; mientras que “táctica”, son los medios que se emplean para conseguir un intento.
Planteadas estas dos definiciones, queda bien en claro que la “táctica” está al servicio de la “estrategia”, y no a la inversa.
Cuando uno entra en este código, y “le descubre el gustito” a jugar al tenis con el desarrollo de una propuesta dentro de la cancha, transitará, a mi criterio, la parte más linda que tiene el tenis: ganar a partir de un planteo.
No es posible desarrollar una táctica de juego sin contar con las armas necesarias; esto es haber aprendido distintos y variados golpes con su técnica implícita, para desarrollar mayor cantidad de estrategias. Tampoco lo es si uno no logra minimizar los errores no forzados; esto quiere decir que no hay estrategia posible si no la basamos en un piso mínimo de regularidad.
Es para mí lo más rico del juego, experimentar la satisfacción que se produce al ganar un partido habiendo jugado mal, pero a raíz del desarrollo de una buena y necesaria estrategia. Siempre he dicho que los grandes campeones son aquellos que no solo ganan cuando juegan bien, sino también cuando les toca jugar mal.
Existen básicamente dos grandes divisiones en el desarrollo de una estrategia:
Cuando el partido se plantea con un juego exclusivamente de fondo de cancha
Cuando uno de los dos jugadores o ambos, ataca y busca la red
En esta última opción, se puede distinguir dos distintísimas circunstancias si hablamos de un tenis bien jugado:
Cuando saca el jugador en cuestión
Cuando recibe ese mismo jugador
Iremos desarrollando cada una de las opciones.
En el primer caso, cuando el juego es desde el fondo, es muy importante saber modificar las alturas de la pelota, el uso de los efectos, los cambios de dirección, y sobre todo, los cambios de velocidad. De lo contrario, la única arma posible que podría llevar a una victoria, estaría basada en la paciencia a la espera del error rival. Si conocemos el manejo de estas armas, podremos aspirar a que el uso oportuno de ellas, nos dé el punto. Por ejemplo:
Cambiar permanentemente de dirección no sólo moverá a tu rival, sino te abrirá el camino hacia su lado débil
Modificar las alturas y los efectos en tus golpes, le hará perder el centro a tu rival
Cambiar de velocidad cuando te encontrás en una buena posición en la cancha (acelerando), o en una posición defensiva (bombeando)
Atacar las pelotas del rival que quedaron en mitad de cancha
Jugar dentro de la cancha ante sucesivas pelotas bombeadas del rival, inclusive hasta llegar a usarlas como “approaches de volea”
Saber salir en contraataque cuando recibís un golpe muy potente y es hora de probar una definición
Recordar que aún siendo un jugador de fondo, no se deben desperdiciar aquellas pelotas que, “habiéndole dolido” a nuestro rival, solo requieren de acercarnos a la red para terminar el punto
En el segundo caso, cuando uno o ambos jugadores atacan yendo a la red, debés tener en cuenta que siendo el sacador, y utilizando como ejemplo la opción de tener un buen saque:
Concentrarte mucho en la ejecución del servicio y comprender que allí está naciendo un alto porcentaje de la obtención del punto
Variar los tipos de saque (efectos) y la intensidad de ellos
Usar los muy buenos saques abiertos para jugar “saque y volea”
Estar atento a que después de un muy buen saque, tu primer golpe puede ser para definir
Saber utilizar los contrapiés en las definiciones: si tu approach logró abrir mucho a tu rival, cerrar correctamente el ángulo y sencillamente volear al otro lado; si tu approach ha sido fuerte y profundo pero no abierto, será posible volear en contrapie
Utilizar el approach paralelo cuando se parte de una posición muy esquinada, facilitando la cobertura de la cancha ante el passing shot rival
Estar atento a los globos, frenando a tiempo, y no desarrollando una alocada carrera sin freno a la red
En este mismo caso, siendo el devolvedor:
Buscar desde el principio del partido, la distancia para bloquear (más adentro de la cancha), o ejecutar las devoluciones (más lejos)
Hacer volear al rival, forzándolo a ejecutar un golpe más para obtener el punto
Modificar la posición, el tipo de golpe y sobre todo la actitud, ante un segundo saque, inclusive manejando la posibilidad de aproximarse a la red en esa circunstancia
Variar la dirección y el tipo de passing shots, “volcando” en algunos casos, jugando al cuerpo en otros, esperando la definición en el próximo golpe
Tener siempre presente el uso del globo ante la recepción de un approach muy difícil o, visualizando al rival muy pegado a la red
Después de más de 30 años de enseñar tenis, confieso que la táctica es lo que más me gusta y lo que más disfruto al enseñar. Me parece una de las más grandes virtudes que puede tener un jugador, descubrir la zona débil del rival y generar un planteo de juego en base al uso de lo que mejor le sale (propia fortaleza), machacando en esa zona (debilidad rival)... lo más difícil y a la vez atrapante, es poderlo descubrir ante un rival supuestamente completo.
Planteadas estas dos definiciones, queda bien en claro que la “táctica” está al servicio de la “estrategia”, y no a la inversa.
Cuando uno entra en este código, y “le descubre el gustito” a jugar al tenis con el desarrollo de una propuesta dentro de la cancha, transitará, a mi criterio, la parte más linda que tiene el tenis: ganar a partir de un planteo.
No es posible desarrollar una táctica de juego sin contar con las armas necesarias; esto es haber aprendido distintos y variados golpes con su técnica implícita, para desarrollar mayor cantidad de estrategias. Tampoco lo es si uno no logra minimizar los errores no forzados; esto quiere decir que no hay estrategia posible si no la basamos en un piso mínimo de regularidad.
Es para mí lo más rico del juego, experimentar la satisfacción que se produce al ganar un partido habiendo jugado mal, pero a raíz del desarrollo de una buena y necesaria estrategia. Siempre he dicho que los grandes campeones son aquellos que no solo ganan cuando juegan bien, sino también cuando les toca jugar mal.
Existen básicamente dos grandes divisiones en el desarrollo de una estrategia:
Cuando el partido se plantea con un juego exclusivamente de fondo de cancha
Cuando uno de los dos jugadores o ambos, ataca y busca la red
En esta última opción, se puede distinguir dos distintísimas circunstancias si hablamos de un tenis bien jugado:
Cuando saca el jugador en cuestión
Cuando recibe ese mismo jugador
Iremos desarrollando cada una de las opciones.
En el primer caso, cuando el juego es desde el fondo, es muy importante saber modificar las alturas de la pelota, el uso de los efectos, los cambios de dirección, y sobre todo, los cambios de velocidad. De lo contrario, la única arma posible que podría llevar a una victoria, estaría basada en la paciencia a la espera del error rival. Si conocemos el manejo de estas armas, podremos aspirar a que el uso oportuno de ellas, nos dé el punto. Por ejemplo:
Cambiar permanentemente de dirección no sólo moverá a tu rival, sino te abrirá el camino hacia su lado débil
Modificar las alturas y los efectos en tus golpes, le hará perder el centro a tu rival
Cambiar de velocidad cuando te encontrás en una buena posición en la cancha (acelerando), o en una posición defensiva (bombeando)
Atacar las pelotas del rival que quedaron en mitad de cancha
Jugar dentro de la cancha ante sucesivas pelotas bombeadas del rival, inclusive hasta llegar a usarlas como “approaches de volea”
Saber salir en contraataque cuando recibís un golpe muy potente y es hora de probar una definición
Recordar que aún siendo un jugador de fondo, no se deben desperdiciar aquellas pelotas que, “habiéndole dolido” a nuestro rival, solo requieren de acercarnos a la red para terminar el punto
En el segundo caso, cuando uno o ambos jugadores atacan yendo a la red, debés tener en cuenta que siendo el sacador, y utilizando como ejemplo la opción de tener un buen saque:
Concentrarte mucho en la ejecución del servicio y comprender que allí está naciendo un alto porcentaje de la obtención del punto
Variar los tipos de saque (efectos) y la intensidad de ellos
Usar los muy buenos saques abiertos para jugar “saque y volea”
Estar atento a que después de un muy buen saque, tu primer golpe puede ser para definir
Saber utilizar los contrapiés en las definiciones: si tu approach logró abrir mucho a tu rival, cerrar correctamente el ángulo y sencillamente volear al otro lado; si tu approach ha sido fuerte y profundo pero no abierto, será posible volear en contrapie
Utilizar el approach paralelo cuando se parte de una posición muy esquinada, facilitando la cobertura de la cancha ante el passing shot rival
Estar atento a los globos, frenando a tiempo, y no desarrollando una alocada carrera sin freno a la red
En este mismo caso, siendo el devolvedor:
Buscar desde el principio del partido, la distancia para bloquear (más adentro de la cancha), o ejecutar las devoluciones (más lejos)
Hacer volear al rival, forzándolo a ejecutar un golpe más para obtener el punto
Modificar la posición, el tipo de golpe y sobre todo la actitud, ante un segundo saque, inclusive manejando la posibilidad de aproximarse a la red en esa circunstancia
Variar la dirección y el tipo de passing shots, “volcando” en algunos casos, jugando al cuerpo en otros, esperando la definición en el próximo golpe
Tener siempre presente el uso del globo ante la recepción de un approach muy difícil o, visualizando al rival muy pegado a la red
Después de más de 30 años de enseñar tenis, confieso que la táctica es lo que más me gusta y lo que más disfruto al enseñar. Me parece una de las más grandes virtudes que puede tener un jugador, descubrir la zona débil del rival y generar un planteo de juego en base al uso de lo que mejor le sale (propia fortaleza), machacando en esa zona (debilidad rival)... lo más difícil y a la vez atrapante, es poderlo descubrir ante un rival supuestamente completo.
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